Ingredientes:
º 600 g de chocolate blanco de primera calidad, cortado a trozos pequeños
º 375 g de leche condensada con azúcar
º 15 ml / 1 cucharadita de esencia de vainilla
º 7,5 ml / 1 cucharadita y media de zumo de limón
º una pizca de sal
º 175 g de avellanas o de nueces de pacana, cortadas (opcional)
º 175 g de chocolate negro sin leche, cortado a trozos pequeños
º 40 g / 3 cucharadas de mantequilla sin sal, cortada a trozos pequeños
º 50 g de chocolate hitter, para las lágrimas de adorno
Preparación:
Forrar con papel de aluminio, untado de aceite, una fuente de horno cuadrada. En un cazo a fuego lento, fundir el chocolate blanco con la leche condensada hasta obtener una masa cremosa. Retirar del fuego y añadir la esencia de vainilla, el zumo de limón y la sal. Incorporar los frutos secos (si se usan). Esparcir la mitad de esta mixtura por la fuente. Dejar en la nevera unos 15 minutos.
En un cazo a fuego lento, fundir el chocolate negro y la mantequilla hasta obtener una crema. Retirarlo del fuego, enfriar y verter sobre la capa de chocolate blanco. Enfriar en la nevera 15 minutos, hasta que esté firme.
Recalentar poco a poco el resto de la mixtura de chocolate blanco y verterla encima de la capa de chocolate una vez firme. Nivelar la superficie y dejar enfriar en la nevera entre 2 y 4 horas, hasta que de nuevo esté firme.
Fundir el chocolate bitter en un cazo sobre una olla de agua hirviendo. Dejar enfriar un poco y luego dejarlo caer sobre los triángulos formando motivos decorativos.
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