º 1 litro de leche
º 8 yemas de huevo
º 200 gramos de azúcar
º 1 vainilla en rama
º 1 palo de canela
º 25 gramos de maicena
º la cáscara de 1 limón
Preparación:
Poner a hervir la leche y añadir el palo de canela, la cáscara de limón y la vainilla, previamente rascadas y sacadas las semillas con la ayuda de una puntilla. Mezclar las yemas, el azúcar y la maicena; agitamos enérgicamente y vamos añadiendo la leche, moviendo rápido para que no cuajen las yemas.
Poner un tiesto con agua a calentar y nos disponemos a hacer las natillas al baño de María: así quedarán muy cremosas. Vamos agitando con una cuchara de madera, moviendo sin parar. Cuando casi estén cuajadas las natillas, les hacemos la prueba de la cuchara de madera: metemos y sacamos la cuchara de las natillas, pasamos un dedo y, si se queda la marca, podemos retirarlas ya. Si tuviéramos termómetro, sería a 85º C.
Colar las natillas y las pasamos a los cuencos individuales. Dejamos enfriar primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. Las servimos muy frías y espolvoreamos canela molida por encima. Por supuesto, también se pueden acompañar con galletas, bizcochos de soletilla.
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